22.7.12

Francamente inesperado

Llevo pensando desde ayer como aproximarme al tema de este post. En primer lugar me queda claro que es algo que debe quedar plasmado aqui, en este registro extraño de partes de mi vida y de mi imaginación que es este blog, pero las dificultades llegan al momento de decidir el como.

El como es un problema debido a lo extraño de la situación, de lo vulnerable que se siente hablar de esto, pero también existe una riqueza única a la experiencia.

Resulta que hace un año, y de hecho hace años, yo no tenía ni físico ni condición para hacer deporte en serio. Si le entré con ganas al squash y terminé agotado en más de una ocasión, pero la sensación es distinta, además de que nunca le dediqué suficiente tiempo a entrenar para ser mejor en el squash, simplemente mejoraba a partir de la experiencia, una que otra lección aqui y allá. En fin, me estoy perdiendo del tema.

Entonces hacia principios de este año empezamos a nadar Alicia y yo, parte como ayudarla a bajar de peso, parte como hacer algo de deporte de manera constante para estar mejor de salud y esas cosas. Se siente bien nadar y cansarse un poco.

Y luego llegó el asunto de que me invitaron a correr 5k y los corrí y no me detuve una sola vez, y no lo podía creer. En la vida hubiera pensado que podría yo correr algo asi. Y las cosas progresaron y terminé inscrito para un maratón el 7 de Octubre de este año.

Pero correr por si solo no me termina de convencer, vamos, está padre, pero no lo termino de ver como la gran maravilla. Aún así, me queda claro que correr el maratón, será correr el maratón y lo voy a poner ahi junto con otros logros en la lista, pero bueno. Dado que correr per sé no es todo, decidí que mientras me preparaba para el maratón, podía ir haciendo triatlones. Siempre había querido y la parte de nadar y la bici me gustan mucho. Retomar la bici es algo que le agradezco a Cristina, es su culpa también.

El caso es que hace como dos meses hice un primer triatlón corto, 1k nadando, 30k en bici y 7.5k corriendo en Tequesquitengo. Pesado y rudo, terminé muy contento. Y el siguiente triatlón en puerta era uno que sucedió ayer en Cazones Veracruz. Yo no sabía cuando me inscribí que era un triatlón relativamente "obscuro" se inscriben muy pocos participantes debido a que es un poco "rústico". Y si, es rústico y compitieron algo así como 117 participantes en el triatlón standard, comparados con los 1000 que compitieron en el de Tequesquitengo, pues les da una idea.

Nadamos en el mar, oleaje, sal, yo encantado. Llegamos a la bici y había que darle cuatro vueltas a un circuito de 10 kilómetros francamente salvaje dada la cantidad de subidas y bajadas que contenía. Un verdadero circuito quebranta piernas. Pero lo supe leer bien, entender las pendientes y las bajadas y lo manejé, siento yo, correctamente. Y después hubo que correr. Y el circuito de carrera también estaba lleno de subidas y bajadas, y la temperatura le estaba pegando a los 30 grados, y estabamos corriendo sobre lodo de arena unas 3/4 partes del circuito. También había que dar cuatro vueltas. Y cuatro vueltas dí, mucho más lento de lo que pensé, el cansancio es el cansancio después de todo. Pero cuando llegué al momento del cierre final decidí dar lo último que quedaba y correr correr hasta la menta. Habrán sido los últimos doscientos metros o algo asi. Y crucé la meta y me senté un segundo y fue ahi que ocurrió lo inesperado.

Tuve un pequeño orgasmo. Real, de esos que son sexosos. Me tomó completamente por sorpresa. No fué de gritar ¡oh! ni nada, al contrario fue pequeño, pero completamente real. Nunca en la vida me había pasado algo así. Mi primera preocupación fue que no se fuera a notar (mancha traje de baño) pero no, fue mucho más leve que eso y además hice lo posible por "detenerlo". Y me levanté para ver si eso cambiaba las cosas y si, las detuvo un instante, y me volví a sentar mientras recuperaba el aliento y volvió a suceder. Aún menor que el primero, pero igual de real. Y yo con ojos de plato, no lo podía creer. Aún ahorita que lo escribo, en verdad que fue una cosa bizarra, chida evidentemente, pero bizarra.

Seguro que por ahi hay más historias de este tipo, narrativas de experiencias orgásmicas que lo son real y no figurativamente, pero es verdaderamente loco cuando le pasan a uno y le toman por sorpresa total.

El siguiente triatlón es dentro de un mes.

16.7.12

El recuento de los daños

Tranquilidad

Ese es el recuento de los daños.

Pero no nos adelantemos. Vayamos por partes.

Existía una mítica canción infantil que habla de perritos que la autora tenía y que poco a poco por diversos giros del destino fueron dejando de ser. Uno se cayo a la nieve y solo quedaron nueve.
Al final de la historia no recuerdo que le pasa al último, pero estoy seguro que la autora se quedó con ninguno.

Tal cual. Pero a diferencia de la autora, más bien a diferencia de la autora imaginaria que estoy inventando para que sirva a los propositos de lo que quiero escribir y a quien imagino en cierto modo sufriendo amargamente por la perdida de sus perritos, yo no tenía intención con mi canción. Al menos ninguna intención de quedarme o no con los perritos.

Mi intención era muy distinta, liberarme a mi mismo de una serie enorme de atavios y de equipaje innecesario que llevaba cargando durante más de una década.

Y es asi como a una de ellas la dejé de ver por aburrida, era incapaz de platicar. A otra la dejé por intensa, quería noviazgo o algo muy parecido, otra me golpeo la cara (si muy de broma y lo que fuera, pero ya le había dicho que no me gusta) y le tocó conocer a la persona a la que tajantemente no le gusta que le golpeen la cara. Otra quería, quien sabe que quería, fue un momento frugaz y raro. Otra decidió intentar ganarle a las reglas del juego y la última que quedaba simplemente nos dejamos de buscar.

Durante todo ese tiempo también pasó que conocí a varias mujeres con las que me hubiera gustado saber si pudiera existir algo más serio, y dos de ellas tenían novio, y una tercera no se interesó y me disparé en el pie de una manera torpe.

De esto ya ha pasado más de un mes.

Y entonces me quedo en este lugar, lleno de tiempo para seguir haciendo cosas.

Pero ya no tengo ninguna urgencia de encontrar a alguien a quién le interese compartir la complicidad. Ningún zapato tiene que entrar en ningún pie, no hay dedos gordos que cortar, ni zapateros que contratar.

Y tampoco tengo culpa, nadie fue manipulado, a nadie se le hicieron promesas. La exploración fue franca y real. Creo que la gran mayoría de nosotros ya vive con la idea de buscar algo para siempre o no buscar nada. No creo que sea la aproximación correcta, mucho menos conforme se hace uno mayor. Por supuesto que existen los flechazos, las mariposas, todo eso. Y cuando sucede es mucho más importante saber explorar que saber comprometerse.

Y mientras sucede si es que sucede algo asi, definitivamente hay que dejar de cargar culpas.

Tranquilidad es el recuento de los daños.